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jueves, 2 de abril de 2015

Apokelipsis, El despertar, capitulo 1

Después de un tiempo, he vuelto, pero esta vez con una nueva historia entre manos. Un fan fic de pokemon que se me ocurrió cuando una pequeña pregunta surgió en mi cabeza de golpe y porrazo. Espero que os guste, aquí empieza este nuevo fan fic ^^



Apokelipsis, el despertar




Capitulo 1: La petición.



Ya han pasado cinco años...

Aquel pensamiento inundaba su mente desde que había visto la fecha de aquel aparato de color azul. Una consola, la cual había pertenecido a su hermano, fallecido varios meses atrás. Si hubiera sido mas fuerte y mas ágil, el seguiría con el... Pero claro, no lo era. No era mas que un chico de diecisiete años, el cual no tenia mas validez que para encender aquel aparato cinco minutos al día para registrar datos en un folio que le proporcionaban. Después, tenia todo el día libre, aburrido, esperando a que llegase el día siguiente y otra vez a empezar.

Apagó el aparato rápidamente, tras haber visto que se había pasado de los cinco minutos de llevarlo encendido. Ya era la segunda batería que le habían dado para mantener en funcionamiento la maquina, una nintendo 3ds xl con un juego de su hermano, y ya les había costado encontrar otra batería. Todavía recordaba cuando los móviles todavía funcionaban, aunque de aquello ya hacia mas de cuatro años y medio. Volvió a mirar la caratula y aquel nombre hizo que sintiera rabia y odio. ¿Como podía haber sucedido aquello?

—¿Has acabado ya Gerna?

Era Jade, una soldado de ojos castaños, de pelo del mismo color recogido en una coleta. levaba un arma de asalto colgada en la espalda y el uniforme militar puesto. Jade era una de las encargadas de proteger al grupo de los peligros que pudieran acercarse a ellos. 

—Si. Toma, ya he catalogado del 522 al 534. Pero faltan el 527, 528 y el 531, mi hermano no los consiguió.
—Al menos los tendría en esa cosa apuntada aunque no tuviera la información, ¿No?
—Si. Los he dibujado.
—Estupendo. Ve y descansa con los demás.

Gerna, de pelo negro, ojos oscuros y mirada seria, vestido con una camiseta azul y pantalones de chándal de un tono mas oscuro que el de su camiseta, guardo el aparato en sus pertenencias y salió junto con la mujer. Tras contemplar la tienda de campaña de la que había salido, sus ojos se pararon en el horizonte, cerca de las montañas, donde se divisaba a lo lejos los restos de lo que había sido una gran ciudad. Por mucho que quisiera regresar a su hogar, este estaba en un estado igual de lamentable o peor que aquella mole de edificios estropeados por el deterioro y el abandono.

Tras llegar a donde estaba el grupo, el chico saludó a los tres soldados que estaban en una esquina, comiendo lo que parecía ser un jabalí, el cual estaba siendo servido para que todos comieran. Era la primera vez que comían un animal como ese en mucho tiempo, pues al igual que ellos, los animales también estaban en peligro de desaparecer. El día anterior habían comido de una de aquellas criaturas, las cuales habían surgido hacia tan solo cinco años. Cinco años desde que empezara aquel calvario.

—¿Que tal te ha ido Gerna? —Preguntó uno de los allí presentes.
—Bien, ya faltan pocos que catalogar —Respondió el chico.
—Oye Jade, ¿Para cuando haréis la incursión a la ciudad? Necesitamos mas provisiones. Estoy harto de comer nada mas que carne de estos monstruos —Dijo una mujer de baja estatura y rechoncha.
—Si ya, claro. La ultima vez que entramos a una ciudad perdimos a cuatro hombres —Exclamó uno de los soldados— Nos jugamos el tipo cuando combatimos con esas bestias. Todavía recuerdo a aquella mole de metal que mató a Marcus al embestirlo.
—Es muy peligroso adentrarnos, Molly —Respondió Jade— Suficiente tenemos con matar a esos extraños ciervos que a veces nos encontramos para poder sobrevivir.
—¿Recordáis aquellas dos ovejas? Dios, nos pasamos media hora pegandoles tiros con nuestras armas y casi ni se inmutaban. Y para colmo nos lanzaban rayos eléctricos —Dijo un soldado.
—Si, yo tuve que llevar vendaje en un brazo durante dos semanas por varias quemaduras por la electricidad —Advirtió otro.

El resto del periodo de comida fue tranquilo. La gente hablaba de temas sin importancia, del tiempo que podría hacer para el día siguiente, entre otras cosas, pero intentando evitar aquel tema de conversación, sobre aquellas criaturas, las cuales hace cinco años solo habían sido un juego de niños: Los pokemon.

Gerna recordaba aquel día, cuando en todo el mundo aparecieron aquellos seres, los cuales muchos eran inocentes y simpáticos. Pero otros, eran terribles y peligrosos. Los humanos, poco a poco, dejaron de ser la especie dominante, hasta la situación actual, en la que habían vuelto a sus orígenes nómadas, en pequeños grupos, donde para sobrevivir tenían que valerse de su inteligencia, armamento y trabajo en equipo. El trabajo de Gerna, desde que su hermano muriera, era el de pasar cinco minutos anotando datos de aquel cartucho, el pokemon Y, en un apartado que decía pokedex, para que los soldados pudieran saber como hacer frente a aquellos monstruos.

En ese momento, varios rugidos se escucharon por la zona, los cuales procedían del mismo lugar. Estos rugidos, empezaron a aumentar hasta que aparecieron varios de estos monstruos, los cuales eran grandes, de casi dos metros de altura, con un aspecto de oso. Sus garras eran bastante grandes y en su vientre había un circulo dibujado.

—Rápido, ¡Corred! —Indicó Jade.

Uno de los extraños osos retiró su cabeza hacia atrás y expulsó un enorme rayo de energía que impactó en el suelo, a pocos metros de dos personas, las cuales saltaron por los aires y cayeron alejados. Gerna se fijó en que uno de ellos tenia los ojos abiertos y no se movía, mientras un pequeño hilo de sangre caía de su boca. El chico gritó y salió corriendo, sin mirar atrás.

Tras correr y correr, intentando ahuyentar los gritos de sus compañeros que escuchaba, acabó cayendo por un pequeño montículo cuesta abajo, rodando y aterrizando en un pequeño claro. Cuando Gerna se recuperó del golpe y de quitarse el polvo de encima, vio que el suelo era blanco y se extrañó al contemplar que todo alrededor de el era totalmente blanco. Había abandonado las inmediaciones de aquel bosque y ahora estaba en un lugar, el cual desconocía.

Gerna...

El chico se asustó al oír aquella voz y se giró, intentando encontrar la fuente del ruido, hasta que vio algo que le dejó helado de terror.

Hola Gerna...

El chico cayó de espaldas y retrocedió asustado. Lo que se imponía ante el era un figura de tres metros, la cual estaba profundamente herida. Esta le habló durante un periodo de tiempo, el cual Gerna no supo cuanto duró. Pero aquellas palabras quedaron grabadas en su memoria para siempre.

Jade era la única soldado que quedaba con vida o con capacidad de seguir luchando. Todos los demás estaban lejos y solo quedaba ella. Aquellos pokemon con aspecto de oso, de los cuales tres estaban heridos por heridas de bala y los otros dos en buen estado, se acercaron a ella rugiendo, profundamente enfadados. Pero antes de que pudieran siquiera intentar algo, Gerna apareció por un sendero a la izquierda de la chica, llamando su atención.

—¡Eh vosotros! ¡Aquí estoy! ¡No os tengo ningún miedo!

Los osos dirigieron su vista hacia Gerna, el cual tenia en sus manos un extraño aparato redondo. El chico, por primera vez durante mucho tiempo, sonrió y los miró desafiante.

—No se cual estará aquí, pero seas quien seas, ¡Adelante pokeball!

El objeto redondo chocó contra el suelo y de el salió una luz roja, la cual cogió una forma humanoide, mas alta que cualquiera de aquellos osos. Su aspecto era el de una especie de pájaro, con garras en sus manos, piernas estilizadas, como las de un luchador. Su pelaje era amarillo y rojo, cuyo rostro tenia una mirada feroz. Jade estaba asombrada, pues no comprendía nada de lo que estaba pasando.

—Así que un pollo con forma de persona... De acuerdo chico, ¡Enseña lo que vales!

El ser, emitió un ruido y salió disparado hacia los osos. Estos lanzaron rayos desde sus bocas, pero su oponente los esquivó hábilmente y tras alcanzar a uno de ellos, saltó hacia el y le propinó tal patada que el oso escupió una gran cantidad de sangre y acabó chocando contra una pared contigua con gran estrépito. El ser renqueó, arrastrándose y alejándose del pollo luchador mientras los demás se lanzaron contra su atacante, mientras sus brazos emitían un destello blanquecino. El pollo humanoide se movió aun mas ágil que antes y tras esquivar los ataques que sus rivales le lanzaban, el ser se retiró hacia atrás y lanzó una poderosa flama de fuego hacia estos, envolviéndolos y haciendo que se retiraran con quemaduras en el cuerpo.

—¡Así se hace! —Dijo Gerna contento.

Jade, la cual se había acercado al chico, le miraba incrédula.

—¿De donde has sacado eso?
—Te lo diré luego Jade, esto no ha acabado —Dijo el chico al observar que el pollo que había salido de la bola se había puesto tenso.

Uno de los osos, el cual estaba mas quemado que el resto, empezó a emitir un aura inmensa y salió despedido hacia el pollo con su puño brillando de la misma forma que antes. El golpe fue certero e impactó contra su contrincante, haciendo que este saliera despedido hacia atrás, cayendo muy cerca de donde estaban Jade y Gerna.

—¡No puede ser! ¡Ese monstruo esta quemado y muy debilitado y sin embargo le ha echo todo ese daño a tu monstruo!
—Lo se —Dijo Gerna. Mientras su pokemon se levantaba, el chico se puso a pensar— ¡Pollo! Si queremos ganar tendrás que volver a golpearle con esa patada de antes.

El pollo luchador, aunque malherido, asintió y tras volver a saltar, golpeó al oso, haciendo que este cayera inconsciente al suelo. Los otros osos, los cuales estaban también heridos, al ver a sus otros compañeros, se retiraron hacia el bosque. Gerna agarró la bola que estaba en el suelo y se acercó al pollo, el cual le miraba sonriente.

—Gracias... No se que habríamos podido hacer sin tu ayuda... Si quieres descansar dentro de la bola o con nosotros puedes hacerlo.

El pollo asintió con la cabeza y tras tocar con la punta de su boca un botón de la bola, se volvió completamente rojo, como si fuera de energía y se introdujo en la bola, hasta que esta se cerró.

—Tenemos que ver como están los demás Jade —Indicó el chico.

La chica asintió y se dirigieron hacia el campamento o lo que quedaba de el. A pesar de todo, varias personas habían resultado ilesas, aunque dos soldados habían muerto y muchos habían resultados gravemente heridos. Una vez la cosa se había tranquilizado un poco, Jade se acercó a Gerna.

—¿De donde has sacado ese objeto?

El chico agarró una correa que tenia en los pantalones y mostró a la atónita soldado cinco bolas idénticas a la otra.

—Me las dio un ser... No recuerdo su forma, solo recuerdo lo que me dijo antes de darme estas pokeballs.
—¿Pokeballs?
—Era lo que se usaba para capturar a los pokemon, osea, a estos monstruos. En el juego, los que las tenían eran entrenadores.
—Entonces ese ser... ¿Te las dio? ¿Así sin mas? 
—En realidad me dijo que tenia que hacer algo a cambio, lo cual no se si podré realizar. El que sabia jugar a pokemon era mi hermano, no yo...
—¿Que tienes que hacer Gerna?
—Hacer que... Los humanos y los pokemon... Puedan vivir en armonía...


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Aclaraciones del capitulo:

- El pollo era Blaziken y usó los ataques lanzallamas y patada s. alta.
- Los osos eran Ursaring, los cuales usaron Machada e hiper rayo.
- El ursaring que emitia un aura extraña tenia de habilidad agallas, por lo que al estar quemado, se activó la habilidad y consiguió mayor ataque.
- Gerna, dado que no era tan bueno en pokemon como su hermano, no sabia el nombre de Blaziken ni los ataques que podia realizar.

Espero que os haya gustado el primer capitulo, nos vemos la semana que viene con el capitulo dos, Tierra de temblores. Bye y gracias por leer ^^



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